Mi mirada es turbia
es sangre lo que la cierra
sangre mía o ajena
eso dejó de ser importante.
Entre el velo rojizo
consigo ver el Mundo
ahora caótica maraña
de cuerpos desmembrados.
Un sol abrasador
derrama su calor impío
levanta con su dorada mano
el hedor de los muertos
y yo aquí, aún en pie
mas no por mis piernas
que ya se rindieron
no por mi espalda
ni mi torso herido
ni siquiera mi cabeza
puede reaccionar.
No, no y no
aún de pie
pero tan solo porque
en esta hora ardiente
si caigo, si me abandono
abrazaré mi muerte.
11 07 07