Visitante, bienvenido seáis. Ante vuestros ojos se alza Bokerovania, recortada contra las eternas nubes y enfrentada a un mar que no conoce la calma.
Recorred sus calles y avenidas, sus edificios, sentid el frío que guarda tras su muro helado y el calor que se esconde en algún que otro lugar.
Dejad vuestra huella en la nieve grisácea que cubre el empedrado, vuestras manos marcadas en la escarcha de los cristales, dejad marca en esta ciudad.
Pero recordadlo, sois visitante, Bokerovania se puede observar, incluso sentir, pero no podéis permanecer aquí. Sólo hay un habitante en Bokerovania, y jamás habrá más de uno.

Y sobre todo, entrad sin miedo, a pesar de lo que podáis ver...

domingo, mayo 08, 2005

La Piedra Filosofal

La Piedra Filosofal no es mineral. No es una roca extraña, un metal precioso, un trozo de piedra irisado o un rubí en bruto. La Piedra Filosofal no es una sustancia, no es líquido, ni alcohol, ni gas.

Para fabricar la Piedra Filosofal hace falta sublimar carparrosa azul con la fuerza de una noche de tormenta, y mezclarla con miel y mermelada de fresa. Hay que conseguir destilar un rayo del amanecer, y añadir unas gotas a la fórmula antes de dejarla reposar.
También hay que añadirle polvo de compasión, aceite de amabilidad y un juego completo de perlas blancas.
Por último hay que añadir limadura de mármol rosa.

La Piedra Filosofal no es un objeto, es una persona, es una mujer. Lo sé, la he visto, la he conocido. He cazado su sonrisa, he buscado su mirada sin encontrarla, he robado su aroma y todavía intento volverlo a robar.

La Piedra Filosofal no transforma el plomo en oro, pero a su alrededor todo parece dorado y más valioso. Da la importancia que se merece a aquello que no parece tenerla. Hace de las cosas más tenues algo más valioso que el oro.
La Piedra Filosofal no da la vida eterna, pero verla hace que la ames tanto, que tu amor te conduce a una eternidad más bella y duradera que la melancólica no-vida del vampiro.

Yo vi a la Piedra Filosofal, desgraciadamente sólo estaba en mi mente. Pero áun hoy sigo buscándola sin reposo.

La gente piensa que los Alqumistas buscamos la Piedra Filosofal por el oro y la vida eterna. Se equivocan. La buscamos porque la hemos visto en sueños y desde entonces la amamos.

1 comentario:

Karina Llergo dijo...

Dicen que el que busca encuentra...
no es verdad, no les hagas caso. No hay mejor manera de hallar algo que no tener interés en ello.

He ahí lo dificil. Si lo que buscas es valioso, te será dificil no codiciarlo y solo consiguiéndolo lo obtendrás.

(Es como en los pitufos cuando Gárgamel intentaba convertir pitufos en oro, y el paso principal para conseguirlo era no pensar en la palabra "pitufo"...)

La Legión del Espacio
La Legión del Espacio