Aquel día, el Sol Gris, el Alquimista Negro, el señor de Bokerovania vió más allá de los confines de su ciudad una luz brillante y hermosa. Atraído por ella desplegó sus alas de oscuridad viscosa y cambiante, y desde la Torre del Reloj alzó el vuelo ocultando al Luna.
Pero cada cosa tiene un sitio, y el Juez de Todas Las Cosas no podía permitir que el Sol Gris saliera de Bokerovania. Así que del cielo cayó un rayo que atravesó el corazón lleno de cicatrices del Sol Gris, disolviendo sus alas, y haciéndole caer. Un reguero de fantasmas de lágrimas y gritos muertos y mudos acompañó al Señor Oscuro en su caída, perdiéndose en una zona de tinieblas cercana a la Avenida Carmesí. Sobre Bokerovania, las nubes volvieron como antiguamente habían cubierto la Ciudad.
Bokerovania se ha quedado sin señor. Nadie sabe su paradero. Algunos piensan que murió, y que el fin de Bokerovania está próximo. Otros creen que la Tristeza lo recogió y ahora ambos están escondidos, amándose noche y día.
Lo único cierto es que una figura del pasado, algo que trajo el viento a oídos del Cuentacuentos y cobró forma física para atormentar al Alquimista Negro, ha atravesado las murallas de Bokerovania antes de que estas se volvieran a alzar tomando forma de glaciar. Ahora nada puede salir de Bokerovania, y nada entrar. Y quien está dentro es el Mercader.
jueves, junio 02, 2005
Sucedió un día
Escribió estas palabras
Vlad_Temper
en la noche del
jueves, junio 02, 2005
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